SAN JUAN, Puerto Rico, 13 de octubre de 2014 (NCM) – Los cálculos que proyectan un crecimiento de 52 por ciento en la población penal en Puerto Rico durante este cuatrienio, para lo cual ya se ha solicitado que Estados Unidos eleve los límites legales de hacinamiento, ponen al gobierno autonomista en la dudosa perspectiva de ser el que más personas envíe a las cárceles en toda la historia de esta nación isleña.
A contrapelo de ese crecimiento acelerado en la población encarcelada, sectores liberales del oficialismo proponen desde la Legislatura enmiendas al Código Penal para reducir penas y restituir la discreción de los jueces para evitar en muchos casos las sentencias de cárcel, pero de inmediato la jefatura del Gobierno ha hecho claro que eso no cuenta con el beneplácito del Palacio de Santa Catalina, sede de la gobernación.
El incremento que ya se está produciendo y el que se anticipa –que podría elevar de menos de 11.000 en 2012 a casi 16.700 para 2016 la población penal “estable” y en decenas de miles más al año las cifras de los encarcelados- traen de vuelta recuerdos históricos de hace 35 años. En aquel tiempo, tras un motín y una demanda de clase de los presos, el tribunal de distrito de EEUU encontró que el sistema carcelario establecido en Puerto Rico era tan barbárico y ajeno a la decencia humana que constituía castigo cruel e inusitado.
Uno de los aspectos en aquella situación era el hacinamiento carcelario, por lo cual, bajo supervisión del tribunal, se desarrolló un programa masivo de construcción de prisiones. Las degradaciones del crédito de Puerto Rico, la crisis económica y las políticas renovadas de mano dura se han combinado para que, otra vez, los espacios carcelarios resulten insuficientes y el Gobierno anticipa que se superará el límite legal de 14.400 presos el año próximo.
El asunto fue discutido en semanas recientes en una reunión sostenida con los alcaides de las prisiones y se presentó al tribunal de EEUU una solicitud formal para que se autorice elevar el límite legal de espacios para confinados adultos hasta 16.681 sin construir cárceles nuevas. La solicitud está pendiente de determinación judicial y, como tantos otros temas comprometedores para el discurso de liberalismo y derechos civiles por parte del gobierno autonomista, no ha sido objeto de atención pública de importancia. Seguir leyendo PUERTO RICO: EN BUSCA DE UNA NUEVA ISLA DEL DIABLO →